A lo largo de la historia, ha existido una preocupación por la conservación de los objetos artísticos. Desde la Antigüedad, se encuentran referencias a la conservación en los escritos de Pausanias, Plinio y los consejos de Vitruvio. En esa época, la restauración se centraba en la reparación y reconstrucción.

Sin embargo, fue durante el Renacimiento cuando surgió una postura conservadora hacia los vestigios clásicos, impulsada por el pensamiento crítico del humanismo y la admiración por la antigüedad. Italia se convirtió en un lugar donde se desarrolló una sensibilidad especial hacia las prácticas de restauración, una tradición que se ha mantenido hasta hoy.

Durante el Barroco, se iniciaron discusiones y polémicas sobre los principios y doctrinas del arte. En relación con la restauración, se criticaron las técnicas y los criterios a adoptar, centrándose en problemas específicos como el reentelado, la limpieza y las pátinas en la restauración de pinturas.

En el contexto español del siglo XVIII, cabe mencionar el desastre ocurrido en la Nochebuena de 1734: el incendio del Real Alcázar. Como resultado, numerosas obras de arte resultaron dañadas, lo que llevó a artistas a trabajar rápidamente en su recuperación. Se estableció un pequeño taller en el palacio, donde los pintores del Rey dirigían a sus ayudantes en esta ardua tarea.

Durante el siglo XVIII, con el advenimiento de la arqueología científica y el pensamiento racionalista de la Ilustración, la restauración comenzó a considerarse como un problema técnico. Se estableció un control científico y una metodología razonada para los tratamientos, lo que marcó un avance en el conocimiento de los materiales y las causas de deterioro de los objetos.

El concepto de restauración, tal como lo conocemos hoy en día, comenzó a desarrollarse en el siglo XIX, gracias a los avances en la física, la química y las ciencias naturales. Estas disciplinas permitieron un mayor conocimiento de los materiales constitutivos de las obras y las causas de su deterioro, sentando las bases para la restauración moderna.

A mitad de este siglo surgen de manera paralela, aunque totalmente diversos en contenido y en enfoque temático, los dos primeros manuales en Italia y España de restauración de pintura:

Giovanni Secco Suardo, en 1866: El manual de Secco Suardo aborda la restauración de pinturas desde tres perspectivas diferentes: la mecánica, la química y la artística. Se identifican los daños reparables, que suelen ser de naturaleza mecánica, y los daños irreparables, relacionados con alteraciones químicas. Secco Suardo diferencia entre dos tipos de operaciones de restauración: Restauro Conservatio, enfocada en el soporte, y Restauro Pittorico, centrada en la capa pictórica.

Manuale del Pittore Restauratore de Ulisse Forni en 1866: Este manual destaca por su conocimiento de las técnicas de los primeros maestros del arte italiano. Refleja las contradicciones de la época, donde se mezcla la tradición de taller con las nuevas aportaciones técnicas. Se aborda el contraste entre el enfoque prudente y respetuoso del restaurador de galería y el del pasticheur, un restaurador privado relacionado con la compraventa de antigüedades y la falsificación de obras. El libro se divide en dos partes: técnicas de restauración para frescos, óleos y temples, y técnicas y materiales.

Arte de la Restauración de Vicente Poleró en 1853: Esta obra, aunque menos completa en comparación con la de Secco, presenta una visión más moderna y respetuosa, priorizando la conservación sobre las restauraciones excesivas y otorgando importancia a la pátina original.

Por otra parte, la restauración arquitectónica que marcó un antes y un después en este campo durante el S.XIX gracias a los siguientes autores:

Giuseppe Valadier y Raffaele Stern
RESTAURACIÓN ARQUEOLÓGICA
Se destaca por la recomposición del monumento, diferenciando las partes originales de las reintegraciones. Las partes faltantes se deducen a través del principio de simetría y se reproducen utilizando materiales diferentes a los de la obra original, respetando la autenticidad del monumento. Ejemplos de esta restauración incluyen el Coliseo y el Arco de Tito.

Viollet-le-Duc
RESTAURACIÓN EN ESTILO
Se caracteriza por recuperar partes alteradas y completar partes inacabadas con base en un criterio de «fidelidad histórica», convirtiéndose en un acto de creación. Se busca restituir el edificio a un estado completo, aunque este estado completo puede no haber existido nunca. Ejemplos notables incluyen la aguja del crucero de Notre Dame y la muralla de Carcasona. En España, la Catedral de León ha sido intervenida por Juan de Madrazo y Demetrio de los Ríos bajo esta perspectiva.

John Ruskin
ANTI-RESTAURACIÓN
Ruskin se opone a la restauración y aboga por la conservación como forma de preservar la ruina. Considera que la ruina es la manifestación de la interacción entre el tiempo natural y cultural, y el edificio en sí es intocable debido a su valor como testimonio ejemplar de dicho proceso. Ruskin defiende la conservación preventiva y una intervención mínima. Sus ideas siguen siendo relevantes en la actualidad y han influido en los criterios de conservación y restauración del patrimonio, destacando la importancia de la pátina, el contexto y la valorización de la ruina.

Camilo Boito
RESTAURACIÓN MODERNA
Estableció los primeros criterios de restauración en el sentido moderno. Boito se acercó a la idea de «conservación preventiva» y no consideraba la restauración como la primera opción, aunque no abogaba por abandonar una obra al paso del tiempo. A diferencia de Viollet-le-Duc, admiraba la Restauración Arqueológica de Stern y Valadier.

Boito presentó ocho principios de actuación para casos en los que la restauración era inevitable. Estos principios incluyen la diferenciación de estilo y materiales entre lo antiguo y lo nuevo, la supresión de molduras y decoraciones en las partes nuevas, la exposición de las partes eliminadas en un lugar contiguo, la inscripción de la fecha de actuación o un signo en la parte nueva, entre otros. Estos principios buscaban asegurar la notoriedad visual de las acciones realizadas.

En Italia, Gustavo Giovannoni se destacó como un gran predecesor de la Restauración Moderna y formalizó estas ideas en la Carta de Atenas de 1932. En España, Leopoldo Torres Balbás también siguió esta línea.

Luca Beltrami
RESTAURACIÓN HISTÓRICA
Se basa en el análisis documental del bien cultural para devolver la integridad al edificio, en contraste con el enfoque creativo de Viollet-le-Duc. Ejemplos notables incluyen la reconstrucción de la Torre del Filarete en el Castillo Sforzesco de Milán, basada en documentos encontrados en los archivos del castillo. En España, Ricardo Velázquez Bosco se adscribe a este enfoque.

Gustavo Giovannoni
RESTAURACIÓN CIENTÍFICA
Giovannoni fue un reconocido experto en restauración en Italia en la primera mitad del siglo XX, su enfoque se centraba en la conservación del monumento como un documento histórico y una obra de arte, evitando intervenciones «creativas». Introdujo el concepto de «respeto ambiental» y valoró las arquitecturas menores. Giovannoni plasmó sus ideas en la Carta de Atenas de 1931 y la Carta Italiana del Restauro de 1932.

Establece CUATRO principios de actuación operativa:

Consolidación: Se considera la acción principal y busca garantizar la durabilidad del edificio. Puede realizarse con nuevos materiales, como el hormigón armado, siempre que quede oculto.

Anastilosis (o recomposición): Consiste en recoger piezas del entorno, ya sea a través de excavaciones arqueológicas o recuperándolas de museos, para volver a colocarlas en su lugar original. Esto se hace para recuperar la imagen total o parcial del monumento, siempre y cuando el número de piezas recolocadas no sea dominante en comparación con las auténticas.

Liberación: Solo se permite la eliminación de añadidos cuando carecen de valor y su desaparición no afecta al edificio en su conjunto.

Innovación: En caso de ser necesario realizar añadidos, deben identificarse claramente mediante la fecha, el uso de materiales distintos a los originales y molduras esquemáticas. El objetivo es lograr un efecto sintético que no pueda ser confundido con una falsificación.

Roberto Pane
RESTAURACIÓN CRÍTICA
Surgió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchas ciudades europeas quedaron destruidas. Debido a la urgencia de reconstrucción, se cuestionaron los métodos restauradores de Boito y Giovannoni, recogidos en la Carta de Atenas.

A partir de 1945, la Restauración Crítica se enfocó en determinar si era posible reintegrar una obra de arte sin cometer errores históricos o estéticos. Por ejemplo, en la reconstrucción de un templo gótico, se omitiría la remodelación barroca posterior debido a su complejidad y alto costo, a pesar de que existan registros de su existencia.

Durante el siglo XX, se produjo un avance significativo en la teoría y práctica de la restauración, consolidando su carácter técnico y científico. La creciente preocupación por la conservación del patrimonio, especialmente debido a los conflictos bélicos, como la Segunda Guerra Mundial, impulsó la necesidad de proteger y definir criterios adecuados de restauración. 

En este contexto, surgieron importantes documentos y organizaciones:

La Carta de Atenas de 1931: Primer documento que establece la conservación del patrimonio artístico y arqueológico a nivel internacional, involucrando a todos los Estados. Giovanni propuso la realización de inventarios de monumentos nacionales, la protección del entorno de los monumentos, el uso continuado de los mismos y la intervención estatal sobre los intereses privados.

Fundación de la UNESCO en 1945: Organización internacional dedicada a promover la paz y la seguridad mundial a través de la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones.

Fundación del ICOM en 1946: Organización mundial de museos y profesionales de museos que promueve y protege el patrimonio cultural y natural, tanto material como inmaterial, del presente y del futuro.

Convención de la Haya en 1954: Tratado internacional que establece la protección de monumentos y obras de arte en situaciones de conflicto armado. Introduce el término «bienes culturales».

Fundación del ICCROM en 1959: Organización que asesora a nivel internacional en temas de conservación y formación de expertos en este campo.

Carta de Venecia de 1964: Revisión y ampliación de la Carta de Atenas. Define la conservación y restauración como disciplinas que buscan preservar las obras de arte y el testimonio histórico, requiriendo una colaboración con las ciencias. Por primera vez, se incluye el entorno del bien cultural.

Carta Italiana del Restauro de 1972: Establece normas obligatorias para la intervención en bienes muebles, basadas en la integridad de la obra, el reconocimiento de las intervenciones, su reversibilidad y su documentación.

Código Deontológico del ICOM para los Museos de 2006: Establece normas mínimas de conducta y práctica profesional para los museos y su personal.

XV Conferencia Trianual del ICOM-CC en Nueva Delhi en 2008: Define conceptos como la conservación preventiva, la conservación curativa y la restauración. La restauración se entiende como acciones directas aplicadas a un bien para facilitar su apreciación, comprensión y uso, respetando el material original y modificando el aspecto solo cuando sea necesario debido a alteraciones o deterioros pasados.

Además, en el S.XX surgen los primeros laboratorios de restauración, encontrando en 1921  el laboratorio del British Museum, en 1931 el del Museo del Louvre y en 1938 el Instituto Centrale per il Restauro de Roma, siendo este último uno de los más importantes centros en la actualidad en el campo de la restauración y en el que destacó la figura de Cesare Brandi, autor de una de las primeras publicaciones modernas acerca de la restauración: La teoria del restauro.

Como habéis podido ver, los criterios en materia de Conservación y Restauración han ido cambiando conforme a los avances técnicos y materiales, las modas de cada época y lugar, y sobre todo los acontecimientos históricos. En una próxima entrada hablaré más en profundidad sobre la figura de Brandi y los criterios de restauración en la actualidad. 

 

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